sábado, 11 de mayo de 2013

EL ENCUENTRO (CAP.5)

Abrí la puerta de la tienda y me encaminé hacia el mostrador para pedir las hojas que quería.
Estaba estresada, nerviosa e insegura. Había algunos chicos jóvenes por allí y me percaté de uno al que conocía...
-¿Pablo?-Me dirigí hacia él y toqué mi mano con su hombro. De pronto se giró y me miró.
Estuvimos varios segundos mirándonos, sin decir nada, hasta que dijo:
-¿Qué quieres?
-¿Que qué quiero? Explícame por qué te has desapuntado entonces-mientras cruzaba mis brazos el miraba hacia otra dirección-. Ey, ¿por qué no me miras a los ojos? Luego mucho decías tú.
-Mira Lorena, no te tengo por qué dar explicaciones, ¿entiendes?
-No, no lo entiendo. Explícamelo otra vez
-¿Quién se supone que te lo ha dicho?
-No te tengo por qué dar explicaciones-dije mientras hacía una burla con la cara.
Esta vez si me miró a los ojos, echó un largo suspiro y dijo:
-Luego hablamos, me tengo que ir. Éste es mi número-dijo mientras lo escribía en un pequeño papel-.Adiós Lorena
Y me quedé ahí de pie, asimilando nuestra conversación. Esto no es normal...
-Señorita, ¿quería algo?-dijo la dependienta
-Sí por favor.
La dependienta metió las hojas en una bolsa, lo cogí y abrí la puerta. Hacía muy buen tiempo y entré en una tienda de helados.
-Uno de strachatella-dije
-Muy bien señorita, buena elección-dijo un chico que estaba al lado mío.
Solté una pequeña sonrisita, quizás algo ridícula y me sonrojé.
-Otro de strachatella, por favor-dijo el chico
-Cuatro euros cada uno-dijo el heladero
Cogí mi monedero pero el chico me apartó.
-Ya lo pago yo-dijo él.
Salimos de la tienda y dijo:
-¿Quieres que vayamos a dar una vuelta?
-Claro-dije.
Y sonreí. Sí, por primera vez en el día. SONREÍ.



martes, 23 de abril de 2013

PENSAR EN QUE PENSAR (Cap.4)

Todavía seguía pensando en las palabras de Pablo... es un chico especial. Me dio la sensación de que el ya sabía quien era, como si me conociera de toda la vida y supiera todas mis debilidades. Al próximo día de clase le tendría que preguntar por que se tomó tan en serio nuestra conversación. Por más vueltas que le daba a mi cabeza sobre ese asunto no encuentraba ninguna respuesta convincente.
Cogí mi libro de tecnología y empecé a estudiar. ¡Pero cómo era posible que no dejara de pensar en él! Todo el rato él y más él.
Como veía que no podía estudiar llamé a mi madre.
-¡Mamá! ¡Necesito salir a la calle un momento!
-¿Para qué, hija?-preguntó.
Iba vestida con esa camiseta azul que tanto le gustaba. Fue el regalo preferido de papá. Cuánto le echaba de menos.. ojalá estuviera aquí conmigo. Desde su muerte nada fue igual. Los días se convirtieron en suplicios. Mi madre y yo ya no hablábamos, y cada una comía cuando quería y lo que quería. Se supone que deberíamos estar más unidas que nunca, pero este caso fue distinto.
-Tengo que salir a comprar folios para hacer un trabajo-dije la primera cosa que me pasó por la cabeza. Con tal de salir de aquí...
-De acuerdo cariño, pero no vengas tarde, que la cena estará lista dentro de poco.
-Vale mamá, te quiero.
Cogí las llaves, salí de casa y entré en el ascensor.
La relación entre mi madre y yo se fue solidificando a lo largo de los años. Costó...pero lo conseguimos. Volvimos a ser la misma familia de antes pero más pequeña.
Me miré en el espejo del pequeño ascensor en el que me encontraba. Había cambiado mucho y ya no era la misma chica de antes. Esa con una sonrisa de oreja a oreja y con esas coletitas que me ponía para salir a jugar con mis amigos. Ahora era lo contrario. Solía poner esa careta falsa e ir a lo mío. Sin preocuparme de nadie y viviendo mi vida por separado. Y no tenía muchas ganas de que mi vida fuera como antes. Salí del portal y empecé a andar.
-¡Lorena! ¡Lorena!
Me giré y allí estaba ella con sus típicas mallas rosas.
-Hola Rebecca-dije sonriéndola.
-¿Qué tal ayer en Karate? ¿Te lo pasaste bien?
-Claro, supongo que iré al siguiente día. ¿Tú iras?
-Sí, también iré. Oye, ¿sabes que?
-No-dije. Pero vamos  haber, como lo voy a saber, no soy adivina-.pensé.
-El chico que te dio algo de clases ayer... se ha desapuntado.
Y todo me dio vueltas. Necesitaba estar con él y preguntarle la razón de su comportamiento. No entendía por qué estaba tan serio. Necesitaba respuestas, necesitaba encontrarle.
-¿Lorena? ¿Estás bien?- preguntó preocupada
-Sí claro. Rebecca, ha sido un placer hablar contigo pero me tengo que ir a comprar hojas a la librería. Y además, me tengo que dar prisa porque si no igual cierran-dije excusándome
-¿Quieres que te acompañe? No me importa-dijo
-No, no. Tranquila Rebecca. Muchas gracias, en serio. Ya nos veremos en las clases, ¿no?
-Sí-dijo sonriente.
-Pues nada, allí nos veremos-dije terminando la conversación lo antes posible.
-Adiós-dijo despidiéndome con la mano.
Caminé más rápido de lo habitual hacia la tienda. ¿Y si se ha desapuntado por mi culpa? Esto no acaba así-pensé.




sábado, 20 de abril de 2013

ALGO INESPERADO (Cap.3)

Pablo. Bonito nombre. Era el chico más guapo que había visto en mi vida. Que ojos... no se me podían quitar de la cabeza.
-¿Hola?-dijo mientras movía su mano frente a mi cara
-Sí, perdón-dije avergonzada.
-¿En qué estabas pensando?-preguntó. Ni muerta le iba a decir que estaba pensando en esos ojazos suyos...
-En nada-dije mirando hacia el suelo.
-Sí, sí... seguro que estabas pensando en otra cosa-dijo con una sorrisilla.
-No, que va. Estaba pensando en mis cosas, cosas que no te incumben-dije secamente. Estaba molesta de tantas preguntas. ¿Esto qué es? ¿Un cuestionario?
-Entiendo...- de pronto giró su cabeza hacia un lado y sonrió.
-¿De qué te ríes? No veo la gracia.
-¿Que de qué me río?
-Sí...
-En mis cosas, cosas que no te incumben-dijo riéndose
-Imbécil...-dije riéndome también.-Lo siento por estar tan borde, es que es mi primer día, no conozco a nadie y...estoy nerviosa.
-Lo sé. Se te nota en los ojos.
Dios mío. ¿Se me notaba en mis ojos? El corazón me latía cada vez más deprisa y no podía hacer que parara. ¡Mierda!
-Cuando vine por primera vez aquí me paso lo mismo. Pero bueno, seremos amigos, ¿no?-dijo mirándome con esos ojos.
-Claro-dije mirando al suelo. Era imposible sostener su mirada.
-¿Por qué miras al suelo y no me miras a la cara?-preguntó bastante molesto.
-No estaremos todo el rato de cháchara, ¿verdad?-dije intentando cambiar de tema
-Contéstame-insistió.
Le miré, y sus ojos transmitían algo intransmitible.
-Pero bueno chicos. ¿Qué hacéis? Dejad de hablar-dijo el profesor sonriéndome.
-Perdón-dijimos Pablo y yo al unísono. Por lo que yo me reí pero él estaba serio, mirándome a los ojos.




martes, 2 de abril de 2013

EL INICIO (Cap.2)


¿Quién es esa chica?”
Seguro que esa es la pregunta que todos tienen en la cabeza. Había mucha gente en la clase, muchísima, por lo que era peor para mí ya que soy muy tímida. Pero bueno, estaba aquí para confiar más en mi misma, pasa sacar la furia que tengo dentro, para ser más valiente y estar más preparada para los problemas de la vida.
Para eso estaba, sí. Fuera timidez. Esto me lo repetía constantemente pero en el fondo no sabía si lo podía cumplir.
“Más confianza en ti misma…”
Sí, lo sé lo sé. Lo intentaré-me decía
Volví a mirar a mí alrededor. Cada vez había más gente; cinturones negros, amarillos, naranjas, azules, verdes…
No me podía creer que yo fuera la única con el cinturón blanco. Qué vergüenza…
¿Y ese chico del cinturón negro? Es guapísimo…
La voz del profesor me sacó de mis pensamientos. Mejor-me dije-. Estamos a lo que estamos.
-Venga, dejad de hablar. Poneros en posición-dijo él.
¿En posición? No tenía ni idea de cómo iba esto.
-Lorena, te tienes que poner en fila, de mayor a menor depende de cómo tengas el cinturón.-me dijo Rebecca.
-A vale, muchas gracias Rebecca-dije más tranquila.
-Haber, ¡dejad de hablar he dicho!-dijo el profesor malhumorado
-Perdón…-dije muy nerviosa
-Uy, chicos, se me ha olvidado presentaros a esta nueva alumna. Se llama Lorena, y espero que la tratéis como a una más-dijo el profe
El mismo discurso de siempre. Todo igual…-pensé.
-Hola… -dije.
Me sudaban mucho las manos, y cuidadosamente me las sequé al kimono.  El profesor me indicó con un gesto el sitio que debía ocupar. Y yo obedientemente me senté.
Espero que hoy me vaya bien-pensé.
-Ah! Se me olvidaba deciros. Como es nueva, necesito a alguien que la ayude en todo esto-dijo el profesor.
Nadie levantó la mano. Y cada vez me sudaban más las manos. Nadie la iba a levantar, ya lo sabía. Nadie.
Pero un chico la levantó. No vi con certeza quién era. Pero me conformé con que alguien la hubiera levantado.
-Muy bien Pablo. Muchas gracias. Lorena, el será el que te ayude.
-Vale-dije sonriendo.
¿Pero quién era el chico que la había levantado?





viernes, 4 de enero de 2013

LA SORPRESA (cap.1)


  Hace unos años era tímida, cerrada… bueno, casi todo lo malo que te puede pasar. Pues yo, con la timidez conmigo me apunté a unas clases de Kárate. Aunque no conocía a nadie, me dirigí a los vestuarios de las chicas para ponerme el kimono. Estaba nerviosa por lo que iba a pasar al entrar en clase, pero ocurrió algo inesperado
-¿Ángela, eres tú?-Dijo una chica cuya voz me sonaba muy conocida. Me giré rápidamente y mi cara cambió a alegría.
-¡Rebecca! ¡Cuánto tiempo! ¡Cuánto te echaba de menos! ¡Creía que no te iba a ver más!-dije alegre
-Lo mismo pensé yo. Tía, ¿qué tal te va la vida? ¿Cómo es que te has apuntado?
-Pues no sé, me apetecía. Quería saber más sobre la defensa personal.
-¡Qué guay!-dijo sacando de la mochila su cinturón marrón.
-¡Cinturón marrón! Joroba, un poco más y cinturón negro. Y yo con el blanco-dije señalándolo.
-Me voy a examinar dentro de poco para el negro. Y por lo de tu cinto blanco… yo empecé igual que tú, y mira ahora.
-Como pasa el tiempo, la verdad-dije sonriendo.
Ella me contestó también con una sonrisa. No me lo podía creer. Éramos mejores amigas de pequeñas, pero como ella se cambió de colegio, ya no supe más de ella.
-Bueno, ya nos tenemos que ir que ya han terminando los de la anterior clase.
-Vale, vamos.
Rebecca me indicó un movimiento que tenía que hacer antes de entrar. Y por fin, mis pies tocaron la gran colchoneta que había en el suelo. En frente mío, había un espejo cuya longitud llegaba de una punta a otra de la clase. En los lados había palos, espadas, cinturones, balones, escudos… todo lo necesario para poder defenderse.
En la sala, había otras dos chicas que no conocía de nada.
-Chicas, esta es Lorena, una amiga de la infancia-dijo Rebecca presentándome.
-Hola Lorena-me dijeron ellas-. Yo soy Paula y esta es Noelia.
-Hola, encantada-dije con una sonrisa.
Intuía que esto iba a ser el principio de una gran historia. Seguro que inolvidable.









EPÍLOGO


Estaba exhausta. Cansada.  No me podía creer lo que me había pasado.  No se cómo me habían podido descubrir. De todos modos, mi colgante nunca me había fallado, siempre me cuidaba, siempre me defendía, pero ahora pienso que la situación en la que estoy metida es peor de lo que pensaba.  No tenía que haber sido tan chulita al decir  “yo puedo con eso y más.  No será para tanto”.  Me confundí, como otras muchas veces. Ahora estaba perdida, sin nadie. Pero bueno, os contaré la historia desde el principio.








  

lunes, 31 de diciembre de 2012

PERSONAJES



Aquí os pongo un poco de información sobre los personajes de mi novela. 

En primer lugar está Lorena. Una chica quinceañera; pelo castaño largo, ojos marrones, dientes perfectos, maja, alegre, divertida, al principio un poco tímida pero pase lo que pase nunca se rinde. Siempre mira hacia delante.


Tumblr_mfwei6hg1z1s23skco1_500_large  


La mejor amiga de Lorena es Rebecca. Tiene los mismos años que Lorena. Ella es rubia, tiene los ojos azules, es alta, delgada, y es bastante guapa, pero nunca he tenido un novio al igual que Lorena.


Tumblr_mfwg4l6f981ria38po1_500_large

Pablo es el chico por el que van todas las chicas. Tiene 16 años. Él es alto, tiene el pelo castaño y unos ojazos azules. Es popular, divertido, cariñoso, y muy guapo, siempre está ahí cuando le necesitas, y puedes contar con el para cualquier cosa.

206463_394345127319000_2043115139_n_large

Jorge es el mejor amigo de Pablo, tiene diecisiete años, es muy interesante, tiene una buena personalidad y es igual que Pablo, aunque quizás un poco celoso. Y siempre querrá sacarte una sonrisa de la boca.



Raúl es un chico de diecisiete años, rubio, de ojos azules, amante de la lectura y la fotografía. Le gusta el skate, y es muy abierto. Algunas veces es algo cotilla, pero es un chico de confianza



Fátima es una amiga de Lorena. Ellas dos van a la misma clase. Fátima es una chica inteligente, ya que saca todo sobresaliente. Es morena y muchos chicos la piden salir aunque sea empollona. Suele ir a un curso de fotografía.


Jaime es un amigo lejano de Raúl. Eran muy amigos de pequeños pero debido a un problema social, dejaron de ser amigos y no se volvieron a ver más. Es muy atractivo y romántico.




Miriam es una chica normal, ni muy guapa, ni muy fea. En estos casos se suele decir que es una chica del montón. Saca notas bajas, alrededor del cinco. Ella es el intermediario entre el Yin y el Yan. Y siempre lleva un colgante precioso. Nunca quiere hablar de el. Es algo extraño.




Raquel tiene el pelo rizado, y largo. Es altísima y algunas veces es insoportable. Es una profesional en el skate y se suele chulear, ya que dice que es la mejor en ese deporte. 






  • Molaría que me dejaseis vuestros comentarios con vuestra opinión y la palabra "siguiente" si os está gustando la novela que estoy haciendo.
  • Y otra cosa más... 
  • Muchas gracias por dar un poco de vuestro tiempo en leer esta novela. Es un gran sueño para mí convertirme en esas grandes escritoras. Aunque es difícil, pero voy a ser como Lorena. No voy a mirar nunca para atrás. Voy a seguir caminando.